La combinación perfecta entre belleza y valor práctico

La combinación entre estética, precisión, comodidad de uso y durabilidad en un único reloj armónico es lo que convierte a un producto innovador de hoy en un clásico de mañana. Con su exquisito diseño y su especial calidad, los relojes Meister y max bill de Junghans no solo gozan desde hace tiempo de un gran prestigio entre los entendidos en la materia, sino que además acompañan a sus usuarios en su vida diaria con la máxima fiabilidad.

Ahora Junghans ha decidido satisfacer la exigencia de una mayor idoneidad para el uso diario equipando todos los relojes de pulsera de las líneas Meister y max bill con un resistente cristal de zafiro. Gracias a un cristal especialmente curvado laboriosamente fabricado, los relojes conservan su característica imagen, al tiempo que ganan en valor práctico y durabilidad. Además de una mayor resistencia a los arañazos, los modelos tendrán una resistencia al agua de hasta 5 bares, permitiendo una vida cotidiana dinámica.

El diseño de siempre, ahora con mayor durabilidad

Aunque —o, más bien, precisamente porque— esta innovación queda en realidad oculta a la vista, el proceso de creación del reloj requirió de un minucioso trabajo de precisión y detalle para encontrar el equilibrio entre adaptar el fino diseño de la caja para hacerlo compatible en el futuro tanto con el zafiro como con el plexiglás duro, al tiempo que se conservaba intacto el diseño exterior a pesar de los cambios y, por tanto, la autenticidad de ambas líneas.

Lograr una mejor resistencia sin variar la estética es un requisito que también se aplicó al nuevo cristal del reloj. Y es que desde hace décadas, la curvatura especialmente elevada del cristal con baja refracción es una característica fundamental del diseño de los relojes de Junghans. Para poder mantener ambas características con un cristal más resistente y conseguir unas propiedades ópticas ideales, los cortes de los radios interior y exterior deben coincidir perfectamente. Además, para lograr la característica curvatura es necesario utilizar el triple de cantidad del valioso material que en el caso del cristal de zafiro plano. 

El resultado de este proceso impresiona por su discreción, al tiempo que refleja precisamente aquello que ha hecho de los relojes Junghans unos clásicos apreciados durante décadas: una maravillosa combinación entre belleza y valor práctico en un todo armonioso en cada uno de sus detalles.