Íconos del diseño ayer, hoy y mañana.

Una esfera purista, una tipografía diseñada "ad hoc" y líneas claras: los relojes de pulsera mecánicos que Max Bill diseñó en 1961 para la fábrica de relojes Junghans son auténticos íconos de diseño. Sesenta años después, no han perdido nunca el pulso de los tiempos. Al contrario, llevan seis décadas en el candelero siendo si-nónimo del más alto nivel de experiencia en diseño de relojes para la muñeca. Man-tenerlos al día implica someter el diseño original a un proceso de actualización constante y, por lo tanto, dotarlo de una vitalidad siempre renovada.

El nuevo max bill Kleine Automatic refleja esta aspiración del mejor de los modos. Porque, con 34 milímetros de diámetro, la caja de los relojes tiene exactamente las mismas dimensiones que la del original de 1961. Pero, al mismo tiempo, gracias al cristal de zafiro, el indicador de fecha en la minimalista esfera y el mecanismo au-tomático, los relojes disponen de un equipamiento muy cómodo. Así, estos mode-los son la combinación perfecta entre belleza y valor práctico.

En el diseño original de Max Bill, el reloj de pulsera llevaba un mecanismo de cuer-da manual, mientras que en los nuevos modelos es un mecanismo automático que transforma la energía cinética del portador en la más fiable indicación de la hora. De este modo, la forma nace de la función y la fuerza, del movimiento.

Los nuevos modelos demuestran que, con el Kleine Automatic, Junghans ha sabido preservar hasta nuestros días las esencias de la serie max bill, que ha ido adap-tando hábilmente a nuevas generaciones de relojes. Los celebrados clásicos están disponibles con correa de cuero en colores beige o negro; los modelos con braza-lete milanés y en el delicado tono dorado son una reinterpretación moderna.

El tamaño y la forma del original, las características de hoy: el nuevo max bill Kleine Automatic de Junghans refleja seis décadas del mejor diseño relojero.